ASSUMPCIÓ CATALÀ I POCH: la primera que iluminó el firmamento español

Entre las mentes brillantes que han contribuido a la exploración del espacio en el territorio español destaca la figura de Assumpció Català i Pòch, una astrónoma pionera cuyo legado se extiende más allá de las estrellas.

Quinta hija de un padre empleado de banca y de una madre maestra, nacería en Barcelona un 14 de julio de 1925 y estaría destinada a desafiar las limitaciones impuestas tanto por la guerra civil y la posguerra como por su condición de mujer, marcando su camino en un mundo científico que hasta entonces estaba reservado fundamentalmente para los hombres.

Desde temprana edad Assumpció demostró un interés innato por la astronomía, un interés cultivado por su tío abuelo Jaume Poch i Garí, catedrático de geografía y apasionado aficionado a la astronomía. Ya en plena posguerra, Jaume introdujo la astronomía en casa de los Català i Poch enseñando a Assumpció y a sus hermanos a medir la hora mediante la sombra de una rama, o a encontrar los puntos cardinales observando la posición del Sol. De esta forma, le transmitió a Català su pasión por esta rama de la ciencia y por el cosmos.

Alentada por el deseo de su padre de que todos sus hijos, incluidas las hijas, tuvieran una formación académica, en 1947 Assumpció ingresó en la Universidad de Barcelona para estudiar matemáticas en una época en la que las mujeres eran una minoría en las carreras científicas. Comenzaron cinco, y a pesar de ser la única de ellas que llegó al tercer curso, perseveró en su deseo de acabar obteniendo su licenciatura en ciencias en 1953. Un año antes ya había comenzado a colaborar con la Cátedra de Astronomía de la universidad como ayudante de clases prácticas de las asignaturas Astronomía General y Topografía, Astronomía Esférica y Geodesia, Matemáticas, Matemáticas Especiales, Ampliación de Matemáticas para químicos y Mecánica Racional con nociones de Mecánica Celeste. Una vez obtuvo su licenciatura continuó dando clases en la Facultad en su empeño de compaginar sus tareas de investigación mientras realizaba los cursos para su doctorado. Mientras completaba estos estudios tuvo que afrontar la difícil situación económica de la posguerra, lo que la llevó a presentarse a la oposición a profesora de matemáticas de enseñanza media, profesión que ejerció durante doce años desde 1963 hasta 1975 en el Instituto Infanta Isabel de Barcelona, y compaginar ambos trabajos.

En 1954 recibe una beca del CSIC. Sus primeros estudios fueron en el campo de la astronomía de posición, con el cálculo y rectificación de órbitas de cometas. Muy pronto se responsabilizó de la observación diaria de manchas y protuberancias solares, tarea que continuó durante más de treinta años. Gracias a estos estudios participa en el Año Geofísico Internacional (1957-1958) en colaboración con el Observatorio Astronómico Nacional. Este esfuerzo colectivo dio frutos tan importantes como el descubrimiento de la radiación del cinturón de Van Allen o el lanzamiento del primer satélite, Sputnik I. Entre el 1957 y el 1969 fue ayudante de la Sección de Astronomía del Seminario Matemático de Barcelona del Patronato Alfonso X el Sabio del CSIC.  

En 1971 se convierte en la primera mujer en obtener un doctorado en matemáticas en la Universidad de Barcelona al defender su tesis “Contribución al estudio de la dinámica de los sistemas estelares a simetría cilíndrica”, sobre el movimiento de las estrellas del disco de la Vía Láctea. Siguiendo esta estela de adelantada a su época, en 1974 aprueba las oposiciones a profesora adjunta de astronomía en la Facultad de Física de la Universidad de Barcelona, convirtiéndose así en la primera astrónoma profesora numeraria de una universidad española. Este hecho le permite tener plena dedicación a la enseñanza y a la investigación hasta su jubilación en 1990. Catalá se adentró en el estudio de la dinámica de los sistemas estelares y dinámica galáctica sin dejar de trabajar en la astronomía de posición con el cálculo y rectificación de órbitas de cometas, así como también de la observación solar.

Gracias a la apertura que se vive en España con la llegada de la democracia, en 1978 Assumpció recibe la beca Ajut per al Foment de la Investigació en la Universitat, accediendo así al recién inaugurado programa de cooperación hispano-francesa en materia científica, lo que le permite  realizar sus primeras estancias de investigación en el extranjero tanto en el Instituto Henri Poincaré como en el Observatorio de París-Meudon. Allí trabajó en el estudio de la estructura de la Nube de Oort de cometas. También participó en la primera reunión para tratar la contribución española en la misión astrométrica Hipparcos de la ESA (satélite astrométrico lanzado por la Agencia Espacial Europea, ESA ), dedicado a medir el paralaje y los movimientos propios de más de 2,5 millones de estrellas a menos de 150 pc de la Tierra.

También ejerció de representante española durante 15 años en la Comisión 46 de la Unión Astronómica Internacional, formalmente llamada “Enseñanza de la Astronomía” (actualmente “Educación y Desarrollo en Astronomía”), lo que da idea de su carácter vocacional tanto por la investigación como por la enseñanza. Prueba de ello son las siete tesis doctorales y once tesis de licenciatura que dirigió durante su época docente, así como varias decenas de publicaciones entre las que nos encontramos libros de texto, artículos científicos y de divulgación.

Fue también una apasionada de la historia de la astronomía hasta el punto de dejarnos varios estudios sobra la astronomía árabe, como el estudio de las obras matemáticas de Malsama de Madrid, dos tratados sobre Arquímedes y otro sobre el cuadrante Shakkazi de Ibn Tibuga,  así como un estudio exhaustivo de la enseñanza de la astronomía en Barcelona entre los años 1589 y 1974.

En el año 2004, la Universidad de Barcelona reconoció su labor tanto científica como docente nombrándola profesora emérita con carácter honorífico, reconocimiento que fue completado en el año 2009 por la Generalitat de Catalunya al concederle la Cruz de Sant Jordi coincidiendo con el Año Internacional de la Astronomía, tan solo 3 meses antes de su fallecimiento el 3 de julio de 2009 en la misma ciudad que la vio nacer.

En una conmovedora ceremonia realizada en marzo de 2016, el telescopio Dall-Kirham del Observatori- Aula del Centre d’Observació de l’Univers en Àger (Lleida), con 50 centímetros de diámetro, fue oficialmente bautizado «Telescopio Maria Assumpció Català i Pòch», el primero en llevar el nombre de una mujer en España y el segundo del mundo. Este instrumento no solo se erige como una potente herramienta para la exploración del cosmos, sino que también constituye un homenaje a la destacada carrera de esta excepcional profesional de la astronomía española.

Català i Pòch desafió no solo las barreras de género en la ciencia, sino que también se convirtió en un referente inspirando a las generaciones venideras. En 2009 insistía en la importancia de motivar a las jóvenes estudiantes a seguir sus vocaciones científicas: «Decidles a vuestras jóvenes estudiantes que no se desanimen jamás, que cultiven su vocación, que les proporcionará muchísimas satisfacciones». En definitiva, un claro ejemplo a seguir.